ORDEN FYM/309/2018, de 14 de marzo, por la que se declaran las aguas trucheras de Castilla y León.

Los ríos Torío y Bernesga, de la montaña central leonesa, pasan a ser aguas trucheras en su totalidad. Así que las aguas de ambos ríos a su paso por la ciudad de León pasan al régimen establecido para las aguas trucheras.

“Para la provincia de León, en el caso del río Esla se actualizan los límites conforme a la actual denominación de la red de carreteras. Como novedad, se incluyen como trucheras las aguas del río Bernesga desde el puente de Carbajal de la Legua en la LE-5504 hasta su desembocadura en el río Esla, así como todos sus afluentes en este tramo, de manera que el tramo urbano de la ciudad de León adquiere la condición de aguas trucheras. En el caso del río Torío desde el puente de Villanueva del Árbol en la N-621 hasta su desembocadura en el río Bernesga y todos sus afluentes en este tramo adquieren igualmente esta condición. En el río Órbigo se incrementa también la longitud de las aguas trucheras hasta la confluencia con el río Jamuz y las aguas que afluyen a este tramo, excepto las masas de aguas contenidas en la orden anterior junto con las Lagunas de Valderrey, el Embalse de Benamarías y las Lagunas de San Juan de Torre.”

A pesar de que los ríos Bernesga y Torío, a su paso por la ciudad, han sido sometidos a obras de acondicionamiento que los han destruido como ecosistemas fluviales, a pesar de todo eso, todos los años vemos truchas por esos tramos reclamando su hábitat. Es ahora que gracias a esa presencia vuelven a ser aguas trucheras y regresa la esperanza de que se conviertan en buenos tramos de pesca para los pescadores de la ciudad sin necesidad de desplazarse.

También hay más cambios en otros ríos de nuestra comunidad.

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