Cuando  las  truchas  no  te  dejan  ver  el  río.

La deriva de la mosca, el instante en que la toma y cuando cobramos la trucha con la sacadera, son tres momentos muy importantes en la pesca, pero antes elegimos el tramo de río, el señuelo y la forma de pescar.
Todo lo programamos con anterioridad, diseñamos la estrategia y la corregimos según los acontecimientos se van presentando. Todo esto está dirigido para pescar peces, cuantos más y mayores mejor.

¿Esa es la jornada de pesca que queremos recordar?
Hace un tiempo…
 Que tal la jornada de pesca?
-Bien, muy bien…buenas truchas, nueve a la mano y un montón de subidas. Gracias por indicarme ese lugar. Te gustó el río y el entorno?
-Bueno, hay tramos muy cerrados y se anda mal, pero por lo demás bien.
Llevarías cámara?.
-Si, claro, ahora te mando fotos.

Me llenó el móvil de fotos de truchas que parecían todas iguales. Triste, me quedé triste ante está crónica de una jornada de pesca para la que le había elegido un lugar, precisamente, por la belleza del río y un entorno único lleno de libélulas, pájaros y flores, un paisaje idílico de montañas rocosas que emparedan un río lleno de vida. Triste, me quedé triste y en cuanto pude fui a honrar ese tramo de mi río preferido.

 

Si no vemos el río y todo su entorno nos estamos perdiendo, seguramente, lo más importante de la pesca. Cuando concentramos toda nuestra atención en la captura de las truchas y no levantamos la vista ante el confín de una montaña o el vuelo de un águila solo estamos disfrutando de una pequeña parte de nuestra afición. 

 

Somos muchos, los que sin renunciar a la pesca, salimos de casa con el cupo cubierto y dejamos que nuestros sentidos se saturan de todo eso que echamos de menos en nuestro quehacer diario…pajarillos inquietos que trinan entre frescas sombras, aguas cantarinas que espuman y se calman, mil colores naturales que pintan hiervas, hojas y flores, árboles y nubes que se difuman en el horizonte y montañas rocosas que parecen retar a la ley de la gravedad. Olores, paisaje, flora y fauna en estado puro para satisfacción de nuestros sentidos. No me quiero perder esos pequeños detalles y que las truchas no me dejen disfrutar de todo lo demás.

 

El río es sugerente, está lleno de supervivientes y plagado de posibilidad, no lo limites solo a los peces. Péscalos…SI, pero disfruta de todo lo demás.
“La creencia de que la realidad que uno ve es la única realidad es la más peligrosa de todas las ilusiones”. PAUL WATZLAWICK.