Desde Kansas a León.

Alberto Parajon;
Respetar el río, el entorno y  devolver con vida
los peces al agua es la mejor aportación  que
podemos hacer por  nuestra afición.
Venir desde tan lejos a pescar no es casualidad, claro que no. Alberto, que lleva toda una vida en Estados Unidos, viene porque es un cántabro de pura cepa y no cambia España y Santander por nada del mundo…su familia, sus raíces, sus amigos…sus ríos.
Su profesión, médico-anestesista, no le permite tener más de 4 o 5 semanas de vacaciones y aunque parecen muchos días cuando estás tan lejos pasan volando, es por ello que las tiene que cuadrar muy bien para poder compaginar familia, amigos y pesca…Santander, León y Asturias.
Acompañado de su hijo Miguel iniciamos una salida al Curueño pasando primero por la Cándana pues quería conocer a Tomas y ver los famosos gallos. El día, con un poco de brisa, se presentó perfecto para pescar y hacer turismo. Visitamos la cola de caballo de Nocedo y nos recreamos con las montañas y el paisaje.
Luego decidimos comer pronto para pescar la tarde.
Aunque las truchas no estaban por la labor, entre rechazos y picadas,  la tarde fue pasando entretenida.
Nos sorprendió la gran eclosión de mosca de la piedra que hubo durante toda la tarde, pero las truchas no la cogían. Ahí podía estar la causa de su poca actividad en superficie, comentó Alberto como experto en entomología acuática.
Miguel, soltando una bonita pintona de alta montaña.
La librea de estas truchas es extraordinaria.
                 Cuando se  juntan amigos, río y montaña  el goce está asegurado.
            Gracias Alberto y Miguel por esta bonita jornada. Un abrazo y hasta la próxima.