Pescar, pescar y pescar.
Cuando unos amigos se juntan para pescar puede pasar de todo, incluso que se pesque.

 

 

Un cucharillero haciendo sus pinitos con la seca…y no se le da nada mal.
 Si el que quiere y entiende el río todo le resulta fácil.

 

Unos aprendemos, los otros también…el río es como la enciclopedia-media, te lo enseña todo de tirón, pero se guarda los íntimos secretos para poco a poco irlos compartiendo,  así siempre podrás aprender algo, pero todo nunca, esa es su fuerza, su misterio y seducción.

 

De repente vemos que por delante, en una pequeña corriente, se ceba una trucha, Jjmorodo se olvida por momentos de los enganchones en las ramas de los árboles y Carlos nos sorprende con un lance perfecto, vuela la mosca y en su deriva la trucha de una forma franca la toma…ahí la tieneszas, una bonita pintona  pone más animada la mañana.
Seguimos…

 

Mientras Carlos se baja las mangas, porque los mosquitos le abrasan, Jj. nos alerta con ¡¡ eh, esta si picó!!.
Así fue pasando una agradable jornada que como todas las compartidas con el río y los amigos resulto entretenida y relajante.
No hay sábado sin sol ni río sin contaminación.
Un todo-terreno abandonado a la orilla del río sin ruedas y sin motor. 

 

 Así, entre truchas y río, mosquitos y ramas, pescadores y amigos se fue pasando una estupenda jornada en un bello tramo de río.
¡Hay que repetirla!.
El río siempre nos estará esperando, él es así de generoso, nos enseña mucho y nos lo da todo, solo debemos de respetarlo para que mañana sea igual que hoy.
 Sín río no hay nada.

 

Gracias compañeros por vuestra agradable compañía y generosidad.