A capricho… en el último día, en el último instante.
La leyenda nos cuenta que cuando Dios creo el mundo se sentó en el monte Santa Tecla para descansar y que  apoyó su mano derecha sobre la costa Gallega, pero como la formación estaba reciente sus dedos se hundieron y formaron canales por donde el agua del océano se adentró configuraron las cinco rías Baixas: la ría de Vigo, Pontevedra, Arousa, la de Muros y Noia, y la de Corcubión y Cee.
El mar abierto entre las Rías Baixas es un lugar fascinante para la practica de todos los deportes de mar, pero en especial para la pesca-sub y la pesca desde costa. Aunque pescamos desde embarcación, playas y acantilados a lo que más tiempo dedicamos fue a la pesca submarina.

 

Formamos equipo y nos sumergimos en ese mundo mágico, bello y enigmático. Aquí el océano Atlántico conforma un ecosistema de una gran biodiversidad y un paisaje subacuático lleno de vida y color. Lugar ideal para la practica del buceo. La diversión está asegurada.
Descansamos en Portonovo y disfrutamos de las playas de Canelas, Montalvo,  Pragueira, Major y por supuesto A Lanzada la playa más conocida de estas  rías por obra y gracia de su oleaje y su tamaño, más de dos kilómetros de playa conocida también por la capilla románica, las leyendas y los surfistas, cuenta la tradición que tomar un baño de nueve olas durante una noche de luna llena constituye el fin de la infertilidad.
Todas estas playas dan vista a las Islas Ons donde los atardeceres te embelesan.
Nuestro lugar preferido fue la costa de San Vicente do Mar; zona rocosa y con oleaje constante que atraía la pesca. Así que los Sargos, maragotas, pintos,  robalizas (lubinas) y algún pulpo que otro fueron nuestros objetivos. Esos momentos de convivencia con tus hijos en el quehacer submarino son sensaciones inolvidables.
 
En calma de mar no creas, por sereno que lo veas.

 

Continuará…