Tres pescadores, no es multitud.
Cuando Chaquí de la Mata me propuso ir de pesca con su amigo Juan Pardo no lo dudé, aunque soy más solitario que pescador acompañado nunca rehúyo de la pesca entre amigos.
Empezamos con dudas, pero pronto el río nos lo puso fácil…bello paisaje, aguas claras, pero estrecho. Decidimos pescar turnándonos de tal manera que el que pescaba una trucha daba paso al siguiente…entretenido.
Nos reímos, aprendimos unos de los otros y también pescamos. No había prisa por pescar, ni por avanzar…solo de disfrutar. Tira tu esa corriente de la derecha, no tírala tu…que te toca a ti…que más da…y de verdad daba igual, la disfrutábamos igualmente, la pescara quien la pescara.
Así fue pasando una mañana mágica, entre tres pescadores sin prisas, sin impaciencia y sin ansiedad. Cada vez que uno pescaba una trucha la disfrutábamos los tres, era como si todos interviniéramos…bueno, la verdad es que participábamos…allí se cebó una, que bien va la mosca, ahí la tienes, que bonita, cuidado con la rama
Esas emociones que recibes del río, si estás bien acompañado, se amplifican.
Compartimos truquillos íntimos de pesca, después tocó compartir el almuerzo y la mañana se fue volando. Luego la tormenta de la tarde frustro un sereno que se presumía bueno, pero antes Chaquí demostró su buen hacer consiguiendo una trucha de esas “difíciles” que te desesperan con su rechazo.
La alegría en su rostro delata la animación y gozo de este veterano pescador de mosca que, después de pescar miles de truchas por los ríos de toda España y del extranjero, se sigue emocionando como el primer día. Eso es la pesca, una forma de sentir. Gracias amigos, repetiremos.
la esencia de la pesca…..magica!saludos amigo