LA TRUCHA DE GRAN TAMAÑO CULPABLE DE LA ESCASEZ DE RINOCERONTES

EN EL RIO TERA.

Por.- Chaqui de la Mata.–.

Cada vez que oigo a algún pescador hablar sobre la práctica de la pesca sin muerte me hago siempre la misma pregunta: ¿Practicará la captura y suelta con todas las truchas o solamente con las de menor tamaño? Porque esto de la pesca conservacionista tiene un límite de centímetros. Si, créanme. Según sea el tamaño de la trucha que capturas estas a favor o en contra de la pesca sin muerte, y para justificarte esgrimes los más variados razonamientos habidos y por haber. Qué será, que el hombre tiene que estar siempre comparando el tamaño de las cosas con las de los demás. Vaya por delante que no es delito capturar truchas siempre y cuando se ajusten en número y en tamaño a la legislación. Y que por supuesto sean capturadas en lugares habilitados para tal menester.

 

Ni que decir tiene que practicar la pesca tradicional en tramos no aptos para la captura es motivo de sanción. Aunque parece claro todavía hay gente que le importa un bledo y no respeta ni tamaño, ni número, ni acotados, ni nada, pero en fin esto sería motivo para otro artículo. Bastan algunos ejemplos para darse cuenta de que no. De que somos deportivos, pero también somos sociales y por lo tanto en cuanto podemos ¡Zas! Nos pasamos nuestras convicciones conservacionistas por el arco del triunfo (nunca mejor dicho). Sería tan bueno presumir de haber soltado al agua sana y salva una trucha de gran tamaño y así colaborar efectivamente a la recuperación de nuestros ríos aportando una gran cantidad de vida.

 

 

Porque, no sé si sabrán ustedes que una trucha hembra aporta anualmente entre 1000 y 2000 huevas en la freza por cada kilo de peso. Y la producción de alevines de las piscifactorías que la Junta de Castilla y León tiene repartidas por la Comunidad (a excepción, como no podía ser de otra manera, de la provincia de Zamora) se obtienen a partir de las huevas extraídas a los ejemplares de mayor tamaño. Ya que también están relacionados el factor calidad de las huevas con el peso de la trucha. Por lo tanto, dejémonos de demonizar a las grandes truchas de nuestros ríos y embalses. Y por favor seamos serios o por lo menos honrados con nosotros mismos. Lo que realmente nos interesa es presumir del pez. Pues para darse importancia basta con hacerse una foto y ya está, hombre.

 

 

Practiquen la pesca sin muerte también con los ejemplares de gran tamaño. Les aseguro que la satisfacción que se experimenta al devolver al medio una trucha de gran tamaño es sorprendente. Prueben, si son capaces de encontrar alguna. Porque, eso es otra, tanto hablar por ahí de que son perjudiciales para el rio, y que son las culpables de los males que nos acechan, que hay mucha gente que lo sigue al pie de la letra y no pararan hasta acabar con ellas de muy diferentes maneras: Vertidos incontrolados o controlados, pero mal, exceso de presión piscícola, malas artes, furtivismo y sobre todo desconocimiento.

 

 

Hago esta reflexión a los pescadores que han probado alguna vez a soltar un pez. Porque para los no practicantes, los que se dedican exclusivamente a sacar y sacar todo lo que pueden del rio, solo me queda decirles que la culpa de los males de la pesca en Zamora no la tienen las truchas grandes, sino la escasez de rinocerontes, porque si los hubiese seguramente ellos serían los culpables al ser infinitamente más grandes.

Joaquín de la Mata Guerra